ROMA 2018: MI EXPERIENCIA MONTESSORI

Sábado, 19 Enero, 2019

Mi experiencia Montessori en Roma

Gracias a un tremendo golpe de suerte, pude formar parte de un maravilloso proyecto: una acertada apuesta por la formación en metodología Montessori en la que mis compañeras de Educación Infantil se habían embarcado el curso anterior y a la que pude unirme  para formar parte de la formación Erasmus+ KA1.

El haber realizado una formación previa introductoria en las bases de la metodología Montessori en el Centro de Formación del Profesorado en Toledo fue de gran utilidad para crear una primera idea global de este enfoque metodológico, el cual es complejo y muy estructurado (son necesarios dos cursos completos de formación para maestros en la Sede Oficial Montessori para conocerlo en profundidad).

Una vez creada una primera perspectiva sobre lo que es esta fascinante metodología y sobre la figura de su creadora, María Montessori, tuvimos la inmensa fortuna de realizar un maravilloso curso de 6 días de duración en la Opera de Roma de Montessori, aquella en la que Montessori formaba a sus formadores y que, actualmente, es sede de los cursos de 2 años de duración para los formadores Montessori.

Si bien el lugar de realización del curso ya es un lujo, la misma sede que fundó la creadora del método, también lo es la ciudad que lo alberga (sin lugar a dudas) y, más aún si cabe, las ponentes que impartieron nuestro curso. Unas comunicadoras excelentes, viva imagen de lo que se espera de una maestra Montessori, calmadas, de mirada inteligente y cálida, gestos medidos, pulcritud en el orden de lo expuesto e incluso en su propia imagen.

Con formadoras así las sesiones del curso pasaron volando, muy amenas y cautivadoras, abriendo la mente a la reflexión en la propia práctica educativa, trayendo recuerdo de situaciones vividas en la escuela y otros modos de revolverlas, presentando materiales de trabajo en el aula motivadores y estructurados, maneras de organizar el espacio y el tiempo para fomentar el autoaprendizaje y la autonomía partiendo de la propia vida y, fundamentalmente, del propio alumno.

La última sesión para mi fue mágica: hicimos nuestro propio “Libro cósmico” con témperas y pincel. En primer lugar nos contaron el origen del universo a través de un relato fascinante que combinaba fuego (una vela), agua… y después nosotros lo plasmamos en un pequeño librito que nos trajimos a casa de recuerdo.

Una bonita actividad de síntesis de lo aprendido, sentir que somos parte de algo muy grande y que, a pesar de ser sólo una pequeña parte de ello, somos también importantes.

Sólo hemos abierto una pequeña puerta hacia un trabajo fascinante. ¡Adelante!

Lorena Gómez Álvarez

CEIP. Gregorio Marañón

Toledo